dilluns, 14 de febrer del 2011

"Emociones primarias y su alquimia"

En la sessió del passat dijous 10 de Febrer vam llegir a la classe un article molt interessant sobre les diferents emocions primàries, tal com anem parlant últimament.

L’article es diu “Sentir y crecer. El crecimiento emocional en la infancia”.
Ens vàrem centrar en el capítol tres anomenat “Las emociones primarias y su alquimia”.

Després de la lectura de cada emoció podem trobar un petit requadre a mode de reflexió per seguir unes determinades estratègies per a mestres, pares i mares al voltant de cada emoció.

Després de contrastar-ho entre les integrants del meu grup, vam escollir les següents estratègies:

AMOR:
“Amar es la emoción madre. De ella se pueden desprender todas las demás y enriquecerse o empobrecerse en función de su textura, forma y color”.

POR:
“Es importante que el miedo deje de ser una muestra de debilidad y se viva como un hecho cotidiano. Debemos convivir con el miedo y no negarlo”.
“Conocer el miedo es conocer los propios fantasmas y los propios límites”.

RABIA:
“Dejar salir la rabia, siempre que no hago daño a nadie”.
“Compartiendo los sentimientos de rabia. Si los padres y los maestros demuestran capacidad de reparar los sentimientos de rabia, están dando un buen modelo a los niños. El rencor es el peor de los venenos de las rabitas mal resueltas”.

TRISTEZA:
“Si no nos permitimos expresar la pena es más probable que, poco a poco, aceptemos que hemos perdido algo y podamos comenzar de nuevo”.
“Despedirnos de alguna manera de aquello que hemos perdido. Muchas veces, las emociones se nos presentan mezcladas. La pérdida puede conllevar también sentimientos de rabia, culpa, vergüenza… Hay que admitirlos, no negarlos”.

ALEGRÍA:
“Procurar repartir un sople de alegría en nuestro entorno. Es un esfuerzo que se contagia y que hace la vida más agradable”.
“Poner humor a la vida. Es una buena actitud que debe contagiarse a los niños. Los problemas pueden tener soluciones y, mirarlos con un punto de alegría, se sobrellevan mejor”.
“Reís con los niños es muy sano. Ellos son los primeros en ver la gracia de determinadas situaciones y permitirse licencias que los adultos hemos perdido. Los adultos que compartimos la vida con los niños deberíamos procurar aprender de ellos, más que cortar por sistema esta expresión”.

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